Por Robert Draper
En el célebre Zócalo de la Ciudad de México, cerca de las ruinas de la pirámide azteca llamada Templo Mayor, fueron hallados los restos de un animal –tal vez un perro o un lobo– sacrificado hace unos 500 años y depositado en un tiro vertical limitado con bloques de piedra de dos metros y medio de profundidad. Es posible que el cánido no tuviera nombre ni amo aunque, seguramente, fue importante para alguien, pues estaba adornado con un collar de cuentas de jade, orejeras de turquesa y ajorcas con pequeños cascabeles de oro en las patas traseras.
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FUENTE: Revista National Geographic