De casi cuatro metros de altura y más de 150 kilómetros de longitud, fue erigido para evitar que los germano-orientales huyeran hacia Occidente.
Cerca de 150 personas murieron cuando intentaban cruzarlo.
El muro de la vergüenza
Berlín, capital del estado nazi, quedó repartida entre las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial. La zona oeste correspondió a EE UU y Gran Bretaña, mientras que la Unión Soviética se quedó el este. Cada potencia administró su parte según su concepción, de modo que el Berlín este se convirtió en la capital de la comunista República Democrática Alemana. En la madrugada del 12 al 13 de agosto de 1961, el entonces mandatario de la RDA, Walter Ulbricht, dio la orden de iniciar la llamadaoperación Rosa , por la que unos 10.000 soldados levantaron lo que se denominó un "muro de protección antifascista", en realidad una barrera para impedir el éxodo de alemanes del este al oeste capitalista. Más de 2,5 millones de personas habían abandonado la RDA desde el final de la guerra. La ciudad quedó dividida por más de 160 kilómetros de alambradas de púas, que más tarde se convirtieron en una pared de hormigón de más de tres metros jalonada por 300 puntos de control y vigilada por cientos de soldados armados y con orden de disparar a todo el que osara saltar al otro lado. Hasta el 9 de noviembre de 1989.
Desde esa madrugada de agosto de 1961, miles de alemanes trataron de cruzar al otro lado arriesgando la vida, algunos lo lograron y otros se quedaron en el camino. No hay cifras muy claras, pero se estima que unas 150 personas perdieron la vida en su intento de buscar la libertad en el oeste. En recuerdo de esas víctimas, la ciudad reunificada ha guardado un minuto de silencio a mediodía, un minuto en el que hasta los transportes han detenido su actividad. A lo largo del día, en otros puntos de la ciudad habrá cine al aire libre y visitas guiadas para adultos y para niños.