"Envuelto en filósofos laberintos, Heráclito concibió un universo fluyendo eternamente y lo identificó con el fuego. El Universo de Heráclito tiene como escencia la llama inacavable, símbolo del cambio permanente que ostenta, Continenete febril. América es como el Universo del jonio, su constante es el cambio y en él lo único que permanece, lo único imperecedero es la condición de constante transformación, lo único que no cambia, es su condición de cambiante.
América ha fluido en el lecho de los siglos y lo seguirá haciendo como un río que arrastra todo lo que encuentra a su paso. Un río inagotable de acontecimientos históricos que sumerge toda posibilidad de quietud en el olvido y el afán. La utopía de América es creer que algún día defenderá su curso. Lo hará cuando el tiempo disuelva al hombre americano y con él su espíritu-su espíritu de fuego-...."
R.M. 1991.
"LA HISTORIA QUE PUDO SER". EDUARDO GALEANO.